Una final tiene muchos ingredientes que pueden ser favorables o no para el rendimiento de cualquier de los protagonistas, y por tanto marcar el resultado definitivo de la misma.
A priori, podríamos decir que hay algunos que benefician y otros que perjudican, aparentemente de forma inexorable. Te menciono unos cuantos: estimulación del jugador, confianza propia y transmitida por su entrenador, apoyo de su entorno más cercano y del público, condiciones climáticas, estado del terreno de juego, tipo de arbitraje y otros tantos elementos que seguro se nos podrían ocurrir.
Sobre los mencionados arriba, podríamos afirmar con rotundidad que es mejor tenerlos de nuestra parte, ya que nadie dudaría que serían buenos predictores de un rendimiento elevado.
Podemos sostener que estos tipos de factores tendrán una influencia positiva sobre variables como la motivación, el nivel de activación o el grado de concentración de los protagonistas, por lo que es deseable que se den, eso sí, en su justa medida.
Podemos sostener que estos tipos de factores tendrán una influencia positiva sobre variables como la motivación, el nivel de activación o el grado de concentración de los protagonistas, por lo que es deseable que se den, eso sí, en su justa medida.
Sin embargo, nos encontramos otro grupo de componentes que -sinceramente- me cuesta mucho posicionarme en cuanto a qué influencia pueden ejercer en la productividad de cada jugador. Entre esos, te cito: salir de una lesión, críticas de la prensa o público, estadística de resultados, jugar como local o visitante, dinámica de participación en los partidos anteriores…o situación contractual con el club.
A esta última me quiero referir con algo más de atención. Cualquier persona -y por ende cualquier jugador- necesita tener el máximo control de su vida, para con ello disponer de estabilidad psicológica.
A esta última me quiero referir con algo más de atención. Cualquier persona -y por ende cualquier jugador- necesita tener el máximo control de su vida, para con ello disponer de estabilidad psicológica.
Cuando existen respuestas sin responder, especialmente sobre temas tan importantes como “…dónde estaré mañana o pasado jugando”, aparece con fuerza un elemento que se convierte en fuente peligrosa de ansiedad: la incertidumbre.
Ésta suele ser generadora de déficits atencionales y con ello repercutir en negativo sobre la concentración, básica a su vez para tener una buena toma de decisiones. Con esto te podrás imaginar que no es buena compañera nunca, pero mucho menos en situaciones en las que -de por sí- el nivel de nerviosismo va inherente a ellas, como puede ser disputar una final.
Ésta suele ser generadora de déficits atencionales y con ello repercutir en negativo sobre la concentración, básica a su vez para tener una buena toma de decisiones. Con esto te podrás imaginar que no es buena compañera nunca, pero mucho menos en situaciones en las que -de por sí- el nivel de nerviosismo va inherente a ellas, como puede ser disputar una final.
Ahora viene mi duda: si un jugador dispone de unas circunstancias con una carga importante de indefinición de su futuro inmediato, ¿es conveniente prescindir de sus servicios porque no estará centrado en su compromiso con el momento actual? o bien ¿dicho jugador será capaz de aislarse y mantenerse centrado en el día D y la hora H, incluso generándole un plus de motivación el hecho de que pueda ser su último servicio al club actual?
Como psicólogo del deporte, te digo que no lo sé. No podría sostener un tipo de repercusión invariable. Mi recomendación en estos casos es mantener una conversación con el jugador implicado y valorar en qué estado se encuentra. Según lo observado y recogido en ese encuentro y considerando posibles alternativas fiables, tomaría una decisión al respecto de su participación activa en dicha final.
En el momento de escribir este artículo, estamos a pocas horas de la Final de la Supercopa de Europa y el Sevilla FC presenta varias de estas situaciones con jugadores de máxima importancia para sus logros, como son: Bono, Acuña o En-Nesyri.
A bote pronte, seguro que piensas que lo mejor sería que estos jugadores tuvieran un “mañana de continuidad”, sin moverse de su club actual. Y posiblemente también consideres que todo lo que se está diciendo sobre qué pasará con ellos antes del cierre del período de fichajes, será algo que pueda distraerlos para su buen desempeño en el partido de hoy.
A bote pronte, seguro que piensas que lo mejor sería que estos jugadores tuvieran un “mañana de continuidad”, sin moverse de su club actual. Y posiblemente también consideres que todo lo que se está diciendo sobre qué pasará con ellos antes del cierre del período de fichajes, será algo que pueda distraerlos para su buen desempeño en el partido de hoy.
Con esto, es normal que te plantees que lo recomendable sería no contar con ellos en el equipo titular, y esperar a hacerlos partícipe si las condiciones así lo requieren; sin embargo, voy yo y te digo: ¿de verdad estamos seguros que los tres futbolistas mencionados no estarán en condiciones psicológicas óptimas para afrontar un partido de la importancia como el de hoy contra el Manchester City?
Sinceramente, no podría responderte con rotundidad. Si me preguntara Mendilibar, mi respuesta sería: “Míster, habla con ellos e intenta captar cómo de centrado están en el aquí y ahora. A partir de eso, y valorando otras opciones, toma una decisión, sabiendo que es complicado saber si su realidad actual les suma o les resta”.
Sinceramente, no podría responderte con rotundidad. Si me preguntara Mendilibar, mi respuesta sería: “Míster, habla con ellos e intenta captar cómo de centrado están en el aquí y ahora. A partir de eso, y valorando otras opciones, toma una decisión, sabiendo que es complicado saber si su realidad actual les suma o les resta”.
Psicólogo Clínico y del Deporte // Col. AN-2.45