Las fases progresan, lo cual nos indica que todos lo estamos haciendo bien… los que dictan y quienes cumplimos.
Seguir progresando anima al personal y le lleva, no se sabe muy bien por qué mecanismo psicológico, a tener más ganas de salir, de recuperar la normalidad de siempre.
- Imagino que la gente se acerca a las tiendas, a los bares, a otros espacios de ocio… para sentirse más dueños de sus vidas.
- Imagino que las medidas se cumplen y que, si bien el factor económico no se olvida, aún prevalece la salud por encima de cualquier elemento.
- Imagino que nos sentamos, como antes, a compartir con nuestros seres queridos una tapita rica, una bebida refrescante, un helado sabroso… unos momentos de disfrute, de estar y ser con los que echamos tanto en falta.
IMAGINANDO: Escenario quinto
Continuamos avanzando, todos con los dedos cruzados para que los números no suban hacia arriba.
Aunque no sólo se trata de deseos ni dedos cruzados, también de responsabilidad y parece que ésta se quedó en la fase (menos) -1, cuando todavía éramos conscientes de que esta pandemia no era de juguete, y que se ha llevado muchas vidas por delante.
- Imagino que demasiados pierden excesiva memoria y que los debutantes con el covid-19 son más.
- Imagino que esos datos que darían para preocuparse no logran sensibilizar a nadie ni ayuda a recuperar la responsabilidad perdida.
- Imagino que miramos el calendario y al pasar al mes de junio, de manera sorpresiva, nuestro almanaque vuelve a señalar a marzo.
- Imagino que creemos estar en un "déjà vu", pero que no tardamos en darnos cuenta que hemos retrocedido, víctimas de nuestra propia estupidez… o la de otros… y otras.
Manuel Salgado Fernández
Psicólogo clínico y del Deporte // Col. AN-2.455